viernes, 14 de noviembre de 2008

OLORES INCIERTOS



Por Carlos Vargas

Hace un tiempo cuando aun cursaba el sexto semestre de la carrera de sociología entre las discusiones en los talleres de investigación en los cuales se versa sobre las temáticas que nos interesan para realizar la prodigiosa tesis de licenciatura me llamo la atención un tema que tuvo lugar en aquellas pláticas: la sociología del olor.

Al momento no tuve palabras para expresar una postura ante tal empresa por lo cual me dispuse a buscar información que pudiera ayudarme a comprender aquella sociología. No fue muy complicado ya que entre las páginas de internet lo primero que aparece al teclear “sociología del olor” es un artículo de Anthony Synnott que enmarca ese titulo.

Dicho artículo fue incluido en 2003 en la Revista Mexicana de Sociología, año 65, núm. 2, abril-junio, 2003, México, D. F., pp. 431-464. sin embargo fue publicado originalmente en The Canadian Review of Sociology and Anthropology, vol. 28, núm. 4, en noviembre de 1991.

En fin; lo que me hizo traer este asunto de la sociología del olor fue una situación que me recordó tal tema en mí recorrido hacia mi destino mañanero: el instituto de investigaciones sociales de la UNAM para continuar con la realización del servicio social. Dicha situación tuvo lugar en las redes del metro en el que muchas veces realizo -remitiéndome a un escrito que Hugo José Suárez tiene en su blog "sueño ligero" – “la observación del comportamiento de los demás; finalmente, sigo siendo sociólogo (y recuerdo a Marc Augé cuando escribía Un etnólogo en el metro).” Pero también recordé el texto de Anthony Synnott pensado en como los olores tienen relación con las interacciones sociales y como afectan las mismas.

En mi recorrido, al llegar al metro en la estación Centro Medico con dirección a Universidad, abordo el vagón, comienzo a observar a las personas y suceden varias cosas: Primero me percato de que algo en el ambiente de aquel vagón es distinto; el olor no era el acostumbrado, mas bien era un tanto inusual para los olores corporales que de alguna forma nuestra nariz cultural nos extiende en situaciones como esta. -No me pregunten a que olía por que no lo podría describir. -

Después los gestos delatan el disgusto de muchos pasajeros, haciendo saber que aquel olor inusual se mostraba como un oprobio para todos, ya que todos parecíamos tener cara de culpables incitando al gesto de disgusto y sin embargo las narices estaban activas quizás para tratar de adivinar y descifrar a que olía, de donde provenía el olor o para saber si ya no se percibía.

Un joven como en signo de protesta toma la punta de su corbata y se la lleva a la nariz, la devuelve a su lugar, vuelve a oler, hace un gesto de disgusto y después otra vez coloca la corbata en su nariz. En frente de mi otro joven sentado se voltea al respaldo del asiento para olerlo y se percata de que el olor no proviene del asiento sino que se encuentra en el ambiente pero también toma protesta y se levanta del asiento, se coloca unos auriculares como queriendo distraer el sentido del olfato atacando con elevados decibeles a sus oídos y se aleja del lugar.

De repente una señora de edad avanzada que se encontraba detrás de mi, tose varias veces y a la vez expresa su descontento con lo que su sentido del olfato experimentaba y agita su mano varias veces a la altura de su nariz.

Este olor con el que nos encontramos muchos pasajeros del metro y las reacciones que provoco -siguiendo a Synnott- además de ser un fenómeno fisiológico también lo podemos entender como “un fenómeno moral, ya que los olores son considerados como positivos o negativos, buenos o malos.” Y es que muchas veces disfrutamos del aroma fresco de una de una flor y nos parece bueno; el aroma de una habitación, de una estancia o de una oficina con un aroma agradable al olfato puede hacernos sentir más tranquilos, mas cómodos, mas positivos.

Nos acostumbramos a olores de acuerdo a situaciones y lugares puesto que uno no espera que una oficina huela a establo o que el establo huela a limpiador de pisos con aroma de “suspiro de primavera”, “suavidad de algodón”, “lavanda” o “latidos de la tierra”. No esperamos que nuestra pareja en una cita romántica vaya a oler mal y tampoco esperamos que en el metro nos encontremos de repente con un olor que no es a metro, a vagón, a personas, a cuerpos. Señalo estas palabras a falta de poder describir a que huele el metro y quizás porque a mí me huele a eso; pero ¿Alguien sabe a que huele el metro? Al parecer nunca ponemos atención en el viaje de olores que vivimos cada día hasta que algo nos parece inusual en el ambiente.

Es así que, como señala Synnott “El olor es un componente importante de nuestra construcción moral de la realidad y es nuestra construcción de realidad moral. La hipótesis fundamental es sencilla: lo que huele bien es bueno. Por lo contrario, lo que huele mal es malo.

En este sentido ese olor inusual de aquel día en el metro mostró el carácter moral que lo que huele mal es malo; disgusta y no nos hace sentir bien; las expresiones de las personas en aquel vagón mostraron el disgusto y es que ese ambiente olfatorio trastoco esa construcción moral de una realidad de olores que a narices de los pasajeros no resultaba estar dentro de los estándares de lo que huele bien, de lo que huele rico por tanto de lo que es bueno.

Bueno, hasta pronto. Tengo que realizar el recorrido de regreso; aunque ahora mismo algo me huele mal; ¡Ah! Es cierto olvide ponerme perfume…

jueves, 16 de octubre de 2008

ENTRE LO NUEVO Y LO VIEJO...


POR CARLOS VARGAS GUTIERREZ


ENTRE EL AQUÍ Y EL ALLÁ es el titulo de un coloquio que se llevara acabo en el marco de la semana nacional de MIGRACIÓN 2008 del 20 al 24 de octubre; organizado por iniciativa del Instituto Nacional de las Mujeres y el Instituto Nacional de Migración y que tendrá cabida en dos sedes: El Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IIS-UNAM) y en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM (CRIM-UNAM).


Sin duda una buena opción para conocer sobre este fenomeno inherente a la humanidad, sus caracteristicas y configuraciones recorriendo la migración internacional, la migración laboral, el genero y la migración, las familias migrantes, los indigenas migrantes, derechos humanos y los enfoques e impactos multiples de este fenomeno.


Así que se realiza la invitación para que asistan a este coloquio en el que la entrada sera libre, habrá muestra fotográfica, presentación de videos e incluso musica. Ahora bien aquí tienen también las direcciones de las dos sedes y los programas correspondientes:

Programa en el Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM.

UBICACIÓN: Circuito Mario de la Cueva s/n Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, C. P. 04510, Coyoacán, México, D. F.

20 de octubre

10:00-12:30 Hrs.

Condiciones de trabajo, género y migración internacional
Moderadora: Sara María Lara

• Ibis Sepúlveda, Universidad Autónoma de Chiapas, UACH
Migración internacional a Canadá

• Elaine Levin, Centro de Investigaciones sobre América del Norte, CISAN
Inserción laboral con marginación social en Estados Unidos

• Maritza Caicedo, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Diferencias de género en la inserción laboral de inmigrantes latinoamericanos y caribeños en los Estados Unidos.

12:30-14:00 Hrs.

Derechos humanos y relaciones familiares
Moderadora: Maria Josefa Santos

• Hiroko Asakura, estancia postdoctoral, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Cambios en las relaciones familiares: practicas de ciudadanía sustantiva en el contexto migratorio transnacional

• Manuel Ángel Castillo, El Colegio de México, COLMEX
Migraciones recientes y derechos humanos en la frontera sur de México

16 a 17:30 Hrs.

Nuevos factores de la migración: género y pequeños(as) empresarios(as)
Moderadora: Martha Judith Sánchez

• Magdalena Barros, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS
Sueños de la mujer migrante mexicana. El caso de las pequeñas empresarias en la California rural.

• Rebeca de Gortari, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Migración, conocimiento y microempresa

• Maria Josefa Santos, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Conocimientos para los nuevos empresarios agrícolas migrantes

17:30-19:00 Hrs.

Impacto de la migración en familias de migrantes
Moderadora: Hiroko Asakura

• Verónica Montes de Oca, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Migración transnacional y calidad de vida de los adultos mayores en algunas zonas de expulsión de población en México.

• Francis Mestries, Univeridad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco, UAM-A
Migración internacional, diferenciación social y deterioro familiar en un pueblo de expulsión reciente en Veracruz

21 de octubre

10:00 a 12:30 Hrs.

Género, remesas y migración
Moderadora: Verónica Montes de Oca

• Blanca Aurora Rubio, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
La crisis alimentaria y su impacto sobre la migración rural: el caso de las mujeres de bajos ingresos

• Rosa Aurora Espinosa, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Evaluación de algunos costos y beneficios de la emigración entre familias de Apaseo El Alto, Guanajuato

• Guillermo Boils, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Remesas y cambios espaciales en las comunidades tradicionales

12:30-14:00 Hrs.

Migración y efectos en las comunidades rurales
Moderadora: Blanca Rubio

• Leticia Merino, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Impacto de la migración en los esquemas de gobernancia local y de manejo de recursos forestales

• Sergio Sarmiento, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Migración, violencia y organización política. La montaña de Guerrero

16:00 – 17:30 Hrs.

Género, etnicidad y migración
Moderadora: Maritza Caicedo

• Sara María Lara Flores, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Características de la migración indígena femenina en México

• Cecilia Rabell, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Migración interna indígena

• Martha Judith Sánchez, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Sandra Murillo, doctorante de la Facultad de Economía de la UNAM
Migración
indígena a la ciudad de México y a Estados Unidos

17:30-19:00 hrs.

Mujeres indígenas migrantes: Guerrero y Chiapas
Moderador: Sergio Sarmiento

• Beatriz Canabal, Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco,UAM-X
Mujeres jornaleras indígenas migrantes. El caso de Guerrero

• Verónica Ruiz, Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES
Ix acateka. Refugio y migración entre las mujeres de origen guatemalteco en Chiapas

Miércoles 22 de octubre

10:00 a 11:30 Hrs.

Género e identidad: indígenas en la ciudad de México
Moderadora: Rosa Aurora Espinosa

• Marta Romer, División de Estudios de Antropología Social, DEAS-INAH
Mujeres indígenas migrantes en la ciudad de México: procesos de urbanización y emancipación.

• Teresa Mora, División de Estudios de Antropología Social, DEAS-INAH
“No soy de aquí ni soy de allá”. Migración indígena a la ciudad de México

11:30-14:30 Hrs.

Reconfiguraciones familiares y efectos de la migración en niños y jóvenes
Moderadora: Rebeca de Gortari

• Marina Ariza, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
María Eugenia D´Aubeterre, Benemérita Universidad de Puebla, BUAP
Contigo en la distancia... Dimensiones de la conyugalidad entre migrantes mexicanos internos e internacionales

• Regina Martínez, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS
Niños indígenas en escuelas urbanas

• Aurora Loyo, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
La migración y la problemática educativa infantil

• Rosa María Camarena, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
Jóvenes y migración

Programa en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM.

UBICACIÓN: Av. Universidad s/n, Circuito 2, C.P. 62210, Cuernavaca, Morelos, Campus Morelos de la UNAM. Teléfonos: (777) 313-05-55, 317-52-99 y 317-50-11, Fax: (777) 317-59-81 Teléfonos Cd. de México (55)56 22 78 30 y (55)56 22 78 34, (55)56 22 78 29.

Miércoles, 22 de octubre

10:00-12:00 Hrs.

Primera sesión
Movilidades y migraciones: diversas miradas de un mismo proceso
Moderadora: Ana María Chávez

• Cambios en la migración entre México y Estados Unidos y su impacto en el flujo de remesas
Fernando Lozano, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, CRIM-UNAM

• Migración y salud en las fronteras
René Leyva, Instituto Nacional de Salud Pública

• Migración, cultura y patrimonio: el oriente de Morelos
Lourdes Arizpe, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, CRIM-UNAM

• Tradiciones migrantes y tendencias entre jornaleros en Morelos
Kim Sánchez Saldaña, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, UAEM

12:00-12:15 Hrs.

Receso

12:15-14:00 Hrs.

Segunda sesión
Migración laboral y condiciones de vida
Moderador: Fernando Lozano

• Desigualdad, diferenciación y migración internacional. Una aproximación a
dos circuitos migratorios internacionales de poblanos.
Blanca Cordero Díaz, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, BUAP

• Migración en la huasteca poblana, un inventario histórico-estructural. El caso del municipio de Pahuatlán.
María Eugenia D’Aubeterre y Leticia Rivermar, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, BUAP

• Migración y seguridad alimentaria. El caso de familias indígenas en Acapulco, Guerrero
Gabriela Barroso, Universidad Autónoma de Guerrero, UAG

• Remesas y nutrición en Tepalcingo, Morelos.
Enrique Contreras Suárez y María Elena Jarquín, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, CEIICH-UNAM

16:00-17:15 Hrs.

Mesa de diálogo y actividades artísticas
(primera parte)
Moderador: Jorge Góngora

• Mesa redonda: El tema migratorio en la agenda pública morelense.
Experiencias municipales desde la función pública en materia migratoria

17:15-19:00 Hrs.

• Presentación del documental:
El muro y el desierto. Migración en la frontera México-Estados Unidos
Dir. Pablo Gleason
Duración: 90 min.
México, 2007

Viernes 24 de octubre

10:00-11:30 Hrs.

Tercera sesión
Efectos de la migración: género y comunidades de migrantes
Moderadora: Irene Casique

• Migración jornalera y género
Ana María Chávez Galindo, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, CRIM-UNAM

• Comunidades migrantes transnacionales. El caso de Morelos-Minesota
Velia Cecilia Bobes y Gloria Del Castillo, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-México.

• Fruta amarga: del alcoholismo femenino a la migración transnacional. Estudio de caso en Temalac, Guerrero
Lilian González, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

11:30-12:00 Hrs.

Receso

12:00-14:00 Hrs.

Cuarta sesión
Migración interna e internacional desde el estado de Guerrero
Moderador: Guillermo Olivera

• Emergencia y tradición en las migraciones nahuas de Guerrero en México y Estados Unidos
Martha García, Universidad Autónoma de Guerrero

• La experiencia de la migración internacional entre los jóvenes guerrerenses
Haydeé Quiroz, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

• La migración de los niños mixtecos de la montaña de Guerrero a los campos de Morelos
Valentina Glockner, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, UAM-Iz

• Testimonio de un niño migrante

16:00-17:00 Hrs.

Mesa de diálogo y actividades artísticas
(segunda parte)
Moderador: Jorge Góngora

• Mesa de diálogo: los retos de las asociaciones de migrantes en Morelos

17:00-18:00 Hrs.

• Música sobre migrantes
Corridos con Jesús Peredo

18:00-19:00 Hrs.

• Performance
Héctor Rosales. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, CRIM-UNAM

Si requieren más información pueden comunicarse al siguiente teléfono:

5622-7390

martes, 23 de septiembre de 2008

Coloquio “Simone de Beauvoir no nació: se hizo”

POR CARLOS VARGAS

BUENOS DIAS, TARDES, NOCHES O MADRUGADAS!

Antes que nada una disculpa puesto que la información que a continuación presento llega un poco tarde y es que se trata del programa de un coloquio sobre Simone de Beauvoir titulado “Simone de Beauvoir no nació: se hizo” que comenzó este día 23 de septiembre en ocasión del centenario de su nacimiento y que se lleva acabo en el Colegio de México.

Así que solamente añado el programa para el día 24 de septiembre cuyas actividades comienzan desde las 10 am hasta las 18: 30 horas:

--------------- Miércoles 24 de septiembre ---------------

10:00 - 12:00
Mesa 3: Simone de Beauvoir como espejo de otras mujeres de su tiempo
Dra. Evelyne Diebolt. “Simone de Beauvoir (1908-1986), de culture catholique, Suzette Duflo (1910-1983),
de culture protestante. Itinéraires comparés de deux militantes pour l’amélioration de la condition des femmes.”
(Se leerá la ponencia en español)
Dra. Laura López Morales. “Un crimen de lesa majestad o la crítica del feminismo beauvoiriano.”
Lic. Oralba Castillo Najera. “Simone de Beauvoir y Virginia Woolf espejos que convergen, reflejos que se encuentran.”
Dra. Patricia Martínez Lozano. “Cuando el segundo sexo medita en el umbral de una casa en Samoa, Beauvoir, Castellanos y Margaret Mead.”
Modera: Dra. Lucía Melgar (PUEG, UNAM)

12:00 - 12:15 Descanso

12:15 - 14:15
Mesa 4: Construcciones de la femineidad
Dra. María Ivonne Acuña Murillo. “A partir de la mirada de los otros, Simone de Beauvoir se construye a sí misma. Una reflexión socio filosófica.”
Mtra. Mónica Maldonado. “Construirse a sí misma: proyecto precursor de nuestro tiempo.”
Dra. Norma Mogrovejo. “La lesbiana no nace, se hace.”
Mtra. Bethsabé Huaman Andía. “Una mujer entre todas las mujeres: la construcción de la feminidad.”
Modera: Dra. Soledad González Montes (CES-PIEM, COLMEX)

14:15 - 15:45 Receso

15:45 - 17:15
Mesa 5: Beauvoir ante otros espejos y lecturas
Mtra. Hortensia Moreno. “Una lectura paralela: Erving Goffman y Simone de Beauvoir.”
Dra. Adriana González Mateos. “La construcción de la imagen de una mujer intelectual:
imagen pública de Simone de Beauvoir.”
Mtra. Sandra Martinelli. “Leer a Simone de Beauvoir en sus textos sobre el cuerpo…”
Modera: Mtra. Mercedes Barquet (CES-PIEM, COLMEX)

17:15 - 17:30 Descanso

17:30 - 18:30
Conferencia magistral de la Dra. Marie-Elisabeth Handman
“Le regard de Simone de Beauvoir sur la prostitution” (Traducción simultánea)
Modera: Dra. María Isabel Belausteguigoitia (PUEG, UNAM)

Así mismo también se informa acerca de la “Conversación sobre Simon de Beauvoir y el feminismo en Francia. Un epilogo” que se llevara acabo el miércoles 25 de septiembre de 12 a 14 horas en el auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades, piso 14 Ciudad Universitaria.

En este cartel pueden encontrar mayor información:

miércoles, 9 de julio de 2008

El indigente trashumante







Este articulo forma parte de la Revista Inclusiva Relatos de Indigencia trashumante Número 3, Vol. I, 2007 la cual da muestra del extraordinario trabajo de la Dra. María Reyna Carretero Rangel y sus estudiantes en su curso de Migración Internacional impartido en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM); y que además nos dan cuenta - como bien lo expresa Carretero en el prologo de su revista- de “Un tipo de experiencia humana y social, lejos de las nuevas épicas del desarrollo globalizado, a la que le hemos dado el nombre de indigencia trashumante”.

Conozcamos al indigente trashumante

Por María Reyna Carretero Rangel

Escondido en el espacio “vacío”,

el ser sin lugar,

habita lo inhabitable.

El lugar codiciado, el refugio anhelado,

Ahí no está él,

huye para no ser visto.

Fuga continua en su tiempo laberíntico,

en su laberinto de tiempo.

¿Cuándo llegaré? ¿A dónde llegaré?

El indigente trashumante es el espejo del siglo que amanece, y que refleja con total nitidez la indigencia ética generalizada de la sociedad actual. Es aquel que pasa a nuestro lado todos los días, buscando un sitio, un alimento, un Otro a quien hablar, a quien pedir. Cada vez son más, invaden las calles de las megalópolis contemporáneas. Han salido en tropel huyendo de sus lugares de origen, convertidos en verdaderos “llanos en llamas”: Chiapas, Darfur, Guatemala, Irak, Sierra Leona. Su lengua nativa escasamente les sirve, tendrán que silenciarla, luego olvidarla, para aprender aquella que les permita sobrevivir. Buscan con desesperación, y casi siempre en vano, “habitar” de algún modo en los márgenes, en los rincones inhabitables, de donde siempre son arrojados a vagar de nuevo, a iniciar incesantemente la partida, la errancia sin fin.

Nos enfrentamos así a la emergencia de un tipo de errancia que nos sumerge en una zona donde “el lenguaje se quiebra, donde un silencio, un espacio y una interrogación se abren en su interior, emerge una nueva dimensión de nuestra morada en el lenguaje” (Chambers; 1995, 66), que nos exige, como dice Said: “construir ese documento o expresión adecuada que tome en cuenta (...) la turbulencia indocumentada de los exiliados, los inmigrantes, las poblaciones itinerantes o cautivas sin tierra ni hogar (...) que excave los silencios, el universo de la memoria de los grupos itinerantes, que apenas sobreviven, los lugares de exclusión e invisibilidad, la clase de testimonio que no aparece en los informes” (Said; 2004, 8). (1)

Deambulando sin descanso, devorado por la incertidumbre y teniendo como expectativa sólo un horizonte hostil, el indigente trashumante recorre la tierra en calidad de expulsado, de desterrado. Parece recrear en su trashumancia sin fin, la maldición eterna del “judío errante” (2), esa figura de la mitología judeo-cristiana, destinada a “vagar sin cesar”, a “recorrer el mundo sin esperanza de descansar en paz.

Este tipo de trashumancia desborda la definición etimológica de “poner tierra de por medio”, que alude a un tipo de desplazamiento que mantiene los criterios de sentido, tanto en los lugares de partida como de recepción. Esta trashumancia deviene en una errancia sin fin, que evoca un movimiento “sin regreso, ni partida” claros; una especie de “migración que va más allá de las tierras conocidas; un tipo de empuje y aspiración” (Bachelard) que busca, sin necesariamente encontrar sentidos, referentes de identidad en un mundo cargado de múltiples y cambiantes realidades y significados (García Ponce: 1981).

Frente a este horizonte trashumante, ¿cómo pensar a la persona que ha tenido que escapar a otro lugar, o a la muerte, o más aún, aquella que no ha tenido un “lugar que olvidar” porque fue desenraizada desde su nacimiento, que no conoció a sus padres porque fue vendido o robado, que no tiene ni desea un espacio que añorar porque en él, sólo experimentó rechazo, que ha nacido y percibido su vida como “pasajera”, como desespacio y destiempo (citando a Eugenio Montejo)?; una vida que es en sí misma un “no lugar”, pura errancia sin fin.

Lejos del país, en la “oscura claridad” del exilio, hasta el mismo concepto de accidente geográfico se vuelve impreciso. Si Geografía significa dibujo de la Tierra, en tierra sin dibujo ¿qué será lo que se accidente? Sepamos que hay quien se enfrenta con extensiones sin estructura en la que no sólo no sabe orientarse sino en las que debería volverse a pensar que puede ser lo que orientación significa. Una palabra simétrica a la de destiempo de Wittelin fue a este respecto propuesta por Eugenio Montejo: desespacio. (3)

La errancia del indigente trashumante es opuesta a la experiencia de expansión espiritual de los antiguos “derviches”, en medio oriente, o de los “samanas o bikus” en la India, en la que la errancia es la más alta aspiración que puede anhelar un ser humano: la liberación. Y es también distinta de aquellas vagancias lúdicas y estéticas, ya tan famosas, del flâneur de Benjamin. En la errancia sin fin, la disolución del sentido, conjugada con la indigencia, como pérdida de bienes fundamentales para la vida, es la combinación que se integra bajo la idea de indigencia trashumante, la cual, paradójicamente, se gesta y deambula en las metrópolis contemporáneas.

La indigencia alude a miseria, estrechez, necesidad, pobreza materiales que, trasladadas al plano de los valores, se asocia con carencia de valor, a una incapacidad de ser gente, de decencia. Sin embargo, la indigencia en términos filosóficos y literarios puede ser considerada como un estado potencial de todos los seres, que no se circunscribe necesariamente a un contexto precario de exclusión o privación de bienes materiales mínimos o de pobreza extrema. Este vocablo alude a la llana condición humana de “incompletud” y necesidad de búsqueda de sentido que cada amanecer nos acosa. (4)

Se trata entonces, del reconocimiento de nuestra condición integral de necesidad, de falta fundante, original, que como nos dice Levinas, descubre una verdadera vida que es aspiración del otro cuyo deseo “no es como el pan que como, como el paisaje que contemplo, yo mismo y mí mismo, este yo, este otro. El deseo metafísico tiende hacia lo totalmente otro, hacia lo absolutamente otro. En el fondo del deseo comúnmente interpretado, se encontraría la necesidad, el deseo señalaría un ser indigente e incompleto o despojado de su grandeza pasada. Coincidiría con la conciencia de lo perdido” (Levinas; 2006a, 57).

En este escenario discurre la errancia del indigente trashumante con su “andar sin rumbo en medio de la hostilidad”, en medio de esa “nueva forma de desierto humano donde la soledad es total” (González Alcantud: 2005, 21); como lo refleja esa imagen del llano en llamas de Rulfo, donde el llano es un desierto donde la muerte toma el lugar principal, y donde, a diferencia de esas otras travesías, incluso diletantes, “(...) la errancia es un concepto que no conduce a ninguna espera, sólo a hallar azarosamente la iluminación en los intersticios de la significación, donde reside la autoctonía” (Idem).

La indigencia trashumante se muestra así como el rostro de la exclusión extrema que, como espejo, refleja la condición generalizada de muchas personas en las metrópolis. Dicha condición comparte los rasgos comunes a una experiencia de exilio: desarraigo y pérdida de horizontes temporales y espaciales, así como la transformación o anulación de expectativas laborales o de relaciones personales, búsqueda de memoria y olvido, entre otros. Sin embargo, como el exilio, no es experimentada de igual manera por todos los que la sufren. El destino que a uno le espera en “tierra extraña”, muchas veces está determinado por ese desarraigo que ya se padecía antes en el lugar de origen. Así no es igual la experiencia de un exiliado político “tras el derrocamiento de un gobierno que el profesional que sale de su país a la búsqueda de un espacio vital; ni es lo mismo quien huye hastiado de la violencia bélica que quien tiene que escapar para salvar su vida, taloneado por los escuadrones de la muerte” (Martín-Baró; 1988, 3).

Queda claro que los nombres de las experiencias del exilio y la indigencia trashumante tienen que ver con la manera como se organizan la temporalidad y especialidad internas. La propia memoria toma sentidos distintos en cada una de tales configuraciones. Se trata entonces de una geografía cualitativa, en la que el espacio y el tiempo es “heterogéneo y no se vive como simple prolongación de lo anteriormente vivido. Para describir el espacio de ese mundo inesperado habría que considerar sus límites, su contenido, su sentido. ¿Cómo se lo representa, cómo nos lo presentan los exiliados? Como frialdad, oscuridad, inanidad y en contradicción, como amontonamiento, congestión, vacío” (Solanes; 1993; 99).

De ahí que a cada experiencia corresponda una geografía cualitativa interior distinta, que expresa, a su vez, una forma de la memoria que recoge esa condición de exilio nombrada de distintos modos, pero que refleja un mismo rasgo presente en distintos lugares y épocas. Nos referimos, entonces, a ese tipo de rechazo social y humano que expulsa a las personas, objeto de su ejercicio, hacia un horizonte incierto, al generar una verdadera disrupción en la orientación temporal y espacial que sirve para organizar la experiencia de instalación y apropiación del mundo. Esta geografía cualitativa, a la manera de un fractal, toma múltiples formas y distintos nombres:

El rasgo más distintivo de la socialidad humana no es, sin embargo, la amplitud alcanzada en ella por el repertorio de rechazos, ni tampoco el refinamiento que se ha sabido encontrar para sancionarlos. Hay una forma de rechazo, el exilio, que, muy curiosamente, es visto como especialmente significativo de la condición humana tanto por aquellos que rechazan como por los rechazados. El exiliado es el paradigma del hombre (...) ¿No debería hacerse comenzar toda antropología por un estudio sobre el exilio? (Ibid, 18).

La modulación del “poner tierra de por medio” puede aplicarse a la propia etimología del exilio. Su definición derivada del latín exsiliare, saltar afuera, ha sido primordialmente referida a la dimensión espacial, pero también al tiempo en términos de “ausencia prolongada del propio país, impuesta por la fuerza de autoridad” (Ibid, 54). Con base en ello podemos ver que la pérdida de coordenadas temporales y espaciales adquiere diversos nombres y contenidos, según las lenguas, los puntos de vista y los momentos históricos. Pero lo cierto es que ninguna nominación puede abarcar en su totalidad el sentimiento de transformación que “el afectado no puede dejar de reconocer pero que se resiste a sufrir pasivamente (...) ¿Cómo entonces llamar a este ausente por la ausencia arrastrado hasta tan cerca de la muerte?” (Idem).

La condición de indigencia trashumante puede abrir una discusión ética de varios tipos pero no pueden dejarse de lado, algunos alcances provenientes de la filosofía académica. En estos términos y de manera muy acotada recordamos que cualquier hombre puede considerarse como aquella “totalidad concreta” de la que nos hablaba Heidegger. Sin embargo, el indigente trashumante no responde más al famoso Dasein, el “ser ahí”, o “ser en el mundo” que se “encuentra “a sí mismo” en lo que hace, usa, espera o evita en aquellas cosas que están a su alcance, y que le conciernen” (Ser y tiempo). No, las condiciones concretas de su vida y de sus variadas formas de exilio lo han convertido en un ser sin lugar; (5) en ese Invisible que no queremos ver, pero que aparece como sombra de nuestros temores y aprensiones: “Es la víctima directa de las crisis económicas o políticas olvidadas, de las epidemias, de los conflictos armados” (Médicos sin fronteras; 2006).

Como figuras de un pesebre urbano, habitan los parques o las ruinas romanas, como si hubiesen sido hechos a propósito, para servir de cuevas, los túneles, las bóvedas, los grandes espacios vacíos y cubiertos (Pace; 2006, 69).

El ser ahí, como recordamos, alude a la tarea de vivir en un contexto concreto al que somos arrojados y el cual, junto a nuestras decisiones, compone nuestro “ser en el mundo”: un mundo “dado” como totalidad significativa colectiva. Esta condición de seres arrojados a un mundo que nos llena de sentido es diferente a la de la indigencia trashumante, ya que ésta se alimenta precisamente de la expulsión como norma y, por tanto, de la disolución de la misma condición existencial de “estar” en algún lugar (aquí, allí, allá), que ratificara su presencia en el cosmos (para parafrasear la clásica imagen de Scheler). (6) Esta forma de convertir al hombre en nadie, dentro de todos (Das Man), rehuye el mirarlo y mirarnos como somos de veras, “de carne y hueso” (Unamuno), como “seres-en-el-tiempo”. Para devolverlo y devolvernos a ese reino denunciado por Levinas, Buber (7) y Xirau (8) que es el de los “seres para la muerte”. Esto no es mera exquisitez de filosofía abstracta. Se trata de una pura realidad que es condición de vida y de muerte para ese ser sin lugar e invisibilizado en el espejo de las alteridades que componen el sentido del mundo y de la vida social:

Barrios y barrios de casuchas amontonadas unas sobre otras en las laderas de las montañas, atronándose con su música, envenenándose de amor al prójimo, compitiendo las ansias de matar con la furia reproductora (...) A los doce años un niño de las comunas es como quien dice un viejo: le queda tan poquito de vida (...) Ya habrá matado a alguno y lo van a matar (Vallejo; 2006, 40).

Por ello, no nos cansaremos de repetir que tal imposibilidad de “estar” no se funda en la emergencia de un sentido alterno de rebeldía o resistencia; o de un ser arrojado al mundo para encontrar su lugar vital y cotidiano. (9) Se funda en un ser arrojado del mundo que representa una suerte de doble expulsión. Es decir, se es arrojado a un mundo dado, del cual, ya sea inmediata o posteriormente, será uno también desalojado, excluido. El “ser ahí” deja de serlo para convertirse en un ser sin lugar, sin morada, y en donde, como lo haría “cualquier otro”, se vive y actúa en el aislamiento de un “ser para la muerte” (10): en la inmediatez, sin tiempo ni espacio para reflexionar en otras posibilidades, en otros sentidos, que no sea la búsqueda misma, la huída sin fin.

El indigente trashumante ya no se interroga sobre su ser (¿Quién soy?), sino sobre su lugar (¿Dónde estoy?). Ya que su principal preocupación como arrojado y excluido es el espacio que ya no es más “homogéneo ni totalizable”, sino que ha devenido “divisible, plegable, catastrófico”. Por ello nunca termina de delimitar su universo: construye territorios, lenguas y obras con linderos fluidos que incesantemente le cuestionan la solidez del lugar. Su interminable tarea de colocación lo hace un extraviado permanente: “Un viajero en una noche de huidizo fin. Tiene el sentido del peligro, de la pérdida que representa el pseudo-objeto que lo atrae, pero no puede dejar de arriesgarse en el mismo momento en que toma distancia de aquél” (Kristeva; 2006, 16).

Es así que en la indigencia trashumante los adjetivos de arrojado y extraviado desplazan ese lugar principal del sujeto y el verbo que conecta a una persona como ser que se apropia del mundo y de sí mismo. Emerge, por el contrario, un ser sin lugar, sin brújula ni territorio donde colocarse. Como nos relata una crónica: “Yo no elegí nada, no tenía la más mínima idea de dónde iba a parar. Un lugar u otro era lo mismo. ¡Lo importante era salvar la vida!” (Pace; 2006, 76).

Después de semanas de peregrinaje, llegó a Costa de Marfil y se dirigió a la sede de la ONU, que lo llevó a uno de sus campos de refugiados en Nigeria. Ya no corría riesgo de muerte, pero llevaba vida de pájaro enjaulado. Ebar resistió dos años, luego escapó y atravesó el Sahara, escondido en un camión, para llegar hasta Argel. Allí encontró un marinero a quien le contó su historia. Era un buen hombre y lo ayudó a embarcarse como clandestino en un barco que se dirigía a Estambul. No tenía un centavo ni conocía a nadie. Se la arreglaba para sobrevivir, cuando un día, mientras caminaba por un mercado, entre los puestos de carne, encontró un grupo de muchachos africanos que le propusieron partir con ellos a Italia (Ibid, 28).

El no habitar, es el rasgo primordial del indigente trashumante. Pero no tener una habitación, no habitar es no sólo no poder quedarse, “vivir en”; sino también es no poder cuidar libremente el terruño. “El rasgo fundamental de esta habitación es este cuidado o cultivo (...) Habitar la tierra implica no solamente la tierra sino también el cielo, a los mortales y a los inmortales (...) Nuestra permanencia es una ‘habitación’, presencia cultivadora de tierras y de tierras vigilante. ‘Soy; más, estoy, respiro’.” (Xirau; 1985, 88-89) (11). De ahí que la imposibilidad de vivir, habitar, cultivar la propia experiencia signifique un extravío sólo compensado con la “idea de que existe otro lugar alcanzable, donde el futuro posible ya ocurre” (Pace; 2006, 46-47).

La imposibilidad del indigente trashumante es “quedarse” “permanecer”, ni siquiera para sí mismo. Es una imposibilidad de lo que Ramón Xirau, llama “estar”, y que se expresa en “estar en ‘presencia’ constante hacia nosotros mismos ―y los otros, y el mundo” (Xirau; 1985, 88). Su vida y su experiencia interna devienen en un peregrinaje sin paraderos de descanso ni puertas abiertas a una morada, más que la que internamente se va desdibujando, con sus parajes abandonados; un peregrinaje lleno de señales que sólo marcan salidas, rutas de evacuación inciertas para las que sólo queda emigrar, viajar, caminar, recorrer, andar.

La experiencia de la indigencia trashumante se configura como errancia sin fin, como ambulantaje por el laberinto urbano que deviene así en espacio y movimiento interior de las personas afectadas. En ella se entrelazan la memoria y el olvido, combinando en su vaivén realidades ausentes y presentes, paraísos perdidos y horizontes de expectativas. La memoria y el olvido en tales términos son formas de un despliegue de la experiencia que puede ser laberintoso y recargado.

El rito que celebra la memoria, ese viaje al centro de ella misma, implica un largo peregrinar por un camino sinuoso que acechan múltiples peligros. El camino es el del laberinto. Está lleno de relieves y recovecos, de salidas falsas, de Minotauros. Es un rodeo por las palabras durante el ritual, durante ese primigenio acto de la creación de un mundo que se ha extinguido, que ya no existe como Principio y que, tal vez, no fue como ahora desearíamos recordarlo (Margarita León: 2004, 17).

El péndulo de la memoria en la indigencia trashumante oscila entre el recuerdo y el olvido. En el caso del primero, la casa se conforma como la rememoración de ese lugar cálido y hospitalario; ese lugar que puede devenir en el punto de comienzo, como señala Said: “Los comienzos son provisorios; acciones, decisiones y elecciones históricamente situadas, no cosificadas, momentos intemporales previos a la agencia humana (...) Los comienzos también se relacionan con actos de continuación (o de giro y desvío) y no con una suerte o necesidad predestinada” (Mitchel; 2006, 161), (12) desde donde somos arrojados al mundo:

Llevábamos meses muy largos lejos de nuestra casa y de nuestra ciudad, pero el olfato y el paladar, de la comida que nos enviaban, nos daban el mismo consuelo que una carta (Muñoz Molina: 2002, 13).

A su vez, el olvido deviene en una condición de sobrevivencia para allanar el camino, alisar las sinuosidades de una vida que se vuelve una carga; para habitar el nuevo espacio, la nueva morada. Así, el lugar del comienzo, el hogar, se difumina, se va olvidando al proyectar la mirada hacia delante, hacia un horizonte lleno de peligros pero también de promesas.

Por otro lado, no hay duda que en muchas ocasiones el indigente trashumante se integra al nuevo contexto para probar otros puntos de comienzo. Sin embargo, en otras, el arrastre desorganizado de este espacio anterior, su presentización simultánea con la nueva morada, convoca una intersección de caminos sin señales: alimentación de destiempos y desespacios para los que no hay brújula ni ritmo temporal. Se pierden así los sentidos profundos: rostro indigente de la experiencia interna que no tiene referente alguno para recoger las huellas y con ello volver a recrear una morada, una casa habitable. Es quedar disperso y perdido en el laberinto, como nos lo transmite el lamento proveniente de una vida cotidiana que sólo quiere asentar su condición.

Vivir en él, en el pasado, qué más quisiera yo. Pero ya no sabe uno dónde vive, ni en qué ciudad ni en qué tiempo, ni siquiera está uno seguro de que sea la suya esa casa a la que vuelve al final de la tarde con la sensación de estar importunando, aunque se haya marchado muy temprano, sin saber tampoco muy bien adónde, o para qué, en busca de qué tarea que le permita creerse de nuevo ocupado en algo útil, necesario (Muñoz Molina: 2002, 21).

Con estos entrelazamientos de voces que nos habitan con ausencias y presencias podemos ver, entonces que la memoria también es el vaivén del silencio y de la palabra, de lo que se dice y se calla. Es recuperar y perder la escena primaria, el verbo: “Sarah, Sarah, ¿Con qué comienza el mundo? ¿Con la palabra? ¿Con la mirada?” (Jabés). (13)

NOTAS

(1) Citado en Bhabha; 2006, 25-26.

(2) El origen de la figura del “judío errante” se encuentra en la mitología cristiana que narra la leyenda del zapatero que “echó de un empujón a Cristo del quicio de su puerta, cuando se detuvo allí a descansar camino del Calvario, diciéndole: “Sal cuanto antes; ¿por qué te detienes”. Cristo le respondió: “Yo descansaré luego, pero tú andarás sin cesar hasta que yo vuelva”. La leyenda se extendió de tal modo, que el “judío errante” ha sido el protagonista de cuentos, novelas y películas, tomando distintos nombres. Entre los más famosos, están “El judío errante” de Eugenio Sue, y “El inmortal”, de Jorge Luis Borges. Existe otra versión hebrea que otorga el origen a Samer o Samar, judío condenado a vagar por haber fundido el becerro de oro en tiempo de Moisés. También existe otra leyenda muy famosa de marineros llamada El holandés errante, donde el protagonista Bernard Fokke es condenado por sus pecados a vagar eternamente en su barco desde el cabo de Buena Esperanza hasta el extremo sur de América. Esta leyenda inspiró de igual manera novelas y óperas como la de Wagner: Der Fliegende Holländer.

(3) Eugenio Montejo en conferencia sobre Antropología del exilio, dictada en el Departamento de Salud Mental de la Universidad de Valencia, 17 de noviembre de 1986, citado en Solanes; 1993, 133.

(4) (...) Cala tu miseria / sondéala, conoce sus más escondidas cavernas./ Aceita los engranajes de tu miseria,/ ponla en tu camino, ábrete paso con ella / y en cada puerta golpea /con los blancos cartílagos de tu miseria... (Álvaro Mutis; Grieta matinal)

(5) A pesar de que en el discurso de las ciencias sociales ha casi desaparecido el tema del ser, lo cierto es que tanto el énfasis en las formas culturales de constitución de la existencia humana como las transformaciones actuales en las formas de vivir obligan a una revisión sobre su pertinencia. Como hemos querido dejar claro desde el principio, se trata, sobretodo, de algunos aspectos de la vida contemporánea y sus variadas maneras de constituir la experiencia. Por lo que en este trabajo no hablamos del ser ontológico, sino del ser humano concreto; de la persona de “carne y hueso” (Unamuno). Cfr. Ramón Xirau; 1985.

(6) Nos referimos a El puesto del hombre en el cosmos, con que tituló su libro en 1938, editado al español en Buenos Aires por la editorial Lozada.

(7) En su negación a una filosofía que sólo habla del ser solipsista que, como tal, sólo es para la muerte. Cfr. Obra general.

(8) Nos dice Ramón Xirau, “el Das Man, todos y nadie, es pura irresponsabilidad y pura forma de evitar vernos como somos de veras; en esencia, se trata de no considerarnos mortales: “uno se muere pero por lo pronto yo no”, en (Xirau; 1985, 58-59).

(9) Esta condición es diferente a la “negación de toda orilla" de Maqroll, El Gaviero de la novela de Álvaro Mutis, cuyo rasgo principal es la errancia, porque no siente pertenecer a ningún lugar. En este caso, comparte con el indigente trashumante la errancia sin fin como búsqueda de sentido, pero no así la condición de expulsado y arrojado, en Mutis; 1990.

(10) En el sufismo (la dimensión mística del Islam) y el hinduísmo, el “sin lugar”, al igual que la errancia e indigencia tienen una connotación positiva. El poeta sufí Mevlana Yelaludin Rumi (1207, Afganistán) habla del “lugar sin lugar” como una práctica espiritual de habitar el espacio sin límites, y que va unido a la acción de desaparecer fundiéndose con el no espacio y el no tiempo que es la eternidad, la trascendencia. Asimismo, cuando hablamos aquí del ser invisibilizado, como indiferencia y exclusión; para el sufismo, por el contrario, volverse invisible es una aspiración espiritual: desaparecer, como parte del “morir antes de morir”. Al respecto Rumi nos dice: “... Vierto vino hasta que me convierta en un errante de mí mismo, pues en la personalidad y la existencia sólo he sentido fatiga...”, en Yelal Al-Din Rumi (1997), Poemas Sufíes, Madrid, Hiperión, p. 48.

(11) En esta definición de “habitar”, Xirau toma alguna influencia del texto Construir, habitar, pensar (1981) de Heidegger, en Xirau; 1985.

(12) Citado en Bhabha; 2006.

(13) Edmond Jabés, citado en Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, Barcelona, Anthropos, 1989, p. 95.

Bibliografía

FELICITACIÓN UN AÑO DEL CEICAS

POR SALVADOR TAPIA

Me uno a la celebración de este buen blog que a pesar de todo cada día crece más y mas, soy de esas personas que gustan de apoyar los buenos proyectos y estoy seguro que este es uno de ellos.

Felicito a Carlos y a todos aquellos que con sus aportaciones ya sea de investigación o comentarios hacen posible este espacio para todos nosotros, felicidades y vamos por otro año.


martes, 8 de julio de 2008

UN AÑO DEL CEICAS

A UN AÑO DEL CEICAS CUANDO ESTE INCREIBLE VIAJE COMENZO, CUANDO LAS IDEAS SOCIOLOGICAS REVERBERABAN AUN EN EL CEREBRO ANTE LA POSIBLE CREACION DE ESTE NUESTRO BLOG, CUANDO LAS LLUVIAS TAMBIEN HACIAN DE LAS SUYAS EN MEXICO, CUANDO SE CELEBRABA EL ANIVERSARIO NUMERO 100 DEL NATALICIO DE FRIDA KAHLO , CUANDO SE DABAN A CONOCER "LAS NUEVAS 7 MARAVILLAS DEL MUNDO MODERNO" , EN FIN, CUANDO VEIAMOS OTRAS COSAS EN NUESTRO PAIS NOSOTROS COMENZABAMOS CON ESTE ENCUENTRO, UN ENCUENTRO LLAMADO CEICAS ACTUALMENTE TANGIBLE A TRAVES DE UN AÑO Y QUE HA SEGUIDO GRACIAS A QUIENES NOS VISITAN.

MUCHAS GRACIAS


jueves, 12 de junio de 2008

GEORG SIMMEL UNA REVISION CONTEMPORANEA

Por Carlos Vargas Gutiérrez

El dia 27 de junio de 2008 a las 5 de la tarde esta programada la presentación del libro Georg Simmel Una Revisión Contemporánea coordinado por Olga Sabido Ramos en la Casa del Tiempo ubicada en la siguiente dirección:

Pedro Antonio de los Santos No. 84, Esquina con Gobernador Tornel, Col. San Miguel Chapultepec, Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11850, México, D. F.

Quienes presentaran el libro son el doctor Luis Gómez Sánchez (UNAM), la doctora Adriana Murguía (UNAM) y el maestro Héctor Vera (NSSR, NY) y quien moderara la presentación es la Maestra Liliana Pérez Franco (UAM-A).

Aquí coloco el cartel:

lunes, 12 de mayo de 2008

RECUPERANDO EL CEICAS

Hola a todos.
Como se han percatado, el Blog del CEICAS, se ha modificado en días recientes. Estas modificaciones tienen como fin el lograr que el Blog, sirva como un puente que vincule la información necesaria con cualquier investigador (sea estudiante o académico) desee realizar. Así, podemos explicar la creación de la sección "Biblioteca Virtual" y "Vínculos de Investigación". Las cuales si bien ya fueron creadas, se irán enriqueciendo constantemente: con nuevos vínculos, con más libros y artículos de interés sociológico. Así que, estén pendientes de los agregados que realizaremos en próximas fechas. Así mismo, se les invita una vez más a escribir en el Blog sobre sus temas de interés, a dejar sus críticas y comentarios y sobre todo, les invitamos cordialmente a que formen parte activa del Blog. El CEICAS ya casi tiene un año de creación, y en su corta vida pensé que éste había desaparecido. Sin embargo, tanto Carlos como un servidor, hemos recuperado las energías y marchamos con nuevos y renovados bríos. Así que les reiteramos en nombre del CEICAS la cordial invitación de que participen en el Blog, y que juntos hagamos de la investigación, la crítica y el análisis sociológico un ejercicio colectivo, rompiendo de tal suerte con la tradición del investigador solitario.
Es todo, les mando un fraterno saludo y estén pendientes de los cambios al Blog, los cuales esperemos sean de su agrado.

jueves, 8 de mayo de 2008

BIBLIOTECA VIRTUAL

¿Cuántas veces te ha pasado que no logras encontrar un libro? Aveces no tienes dinero para el mismo o bien se acabaron los ejemplares en la biblioteca de tu escuela. Como integrante del CEICAS, y por ende como estudiante, esto me ha pasado un sin fin de ocasiones. Afortunademente el Internet nos brinda un alternativa a este y otros tantos problemas académicos que podemos llegar a enfrentar.
Hoy tengo el agrado de presentarles una nueva sección de este tu blog CEICAS: La biblioteca Virtual. En ella podrán encontar algunos libros importantes de sociología. Los autores clásicos y contemporáneos. Esta biblioteca es el resultado de horas y horas de pesquisas y búsquedas en la red. Los links los transportaran al buscador de Esnips; en el cual podrán descargar o abrir el texto seleccionado. Así mismo, podrán hacer uso del servidor y buscar màs libros o lecturas de su interés.
Con el tiempo, iremos agrandando la colección de nuestra biblioteca virtual, con más libros y artículos de revistas sociológicas de todo el mundo. Sólo tengan paciencia. Por el momento, creo que con este primer lote tendrán.

Espero que este esfuerzo sea de utilidad para sus investigaciones.

DISFRUTENLA

martes, 22 de abril de 2008

IMAGINANDO LA SOCIOLOGIA DEL SIGLO XXI


Por Carlos Vargas Gutiérrez

Se aproxima el 3er Congreso Internacional de Sociología (CIS) que tendrá cabida en el Centro Estatal de las Artes Ensenada, Baja California, del 3 al 6 de noviembre de 2008.

Este 3er congreso lleva como titulo: Imaginando la Sociología del Siglo XXI. Este tercer esfuerzo, se lleva a cabo gracias al trabajo de estudiantes de licenciatura en sociología que con apoyo de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California nos ofrecen activar la imaginación sociológica de la cual el sociólogo estadounidense Charles Wright Mills ya nos ha informado.

En la página de los antecedentes del CIS de la Universidad Autónoma de Baja California se indica el objetivo general de este congreso:

“integrar un espacio de reflexión, discusión y análisis de los resultados de investigaciones académicas y de la práctica de agentes socioculturales gubernamentales y no gubernamentales, para identificar y fomentar nuevas propuestas y formas de colaboración interdisciplinaria en el área de la Sociología.”

Es así que en este tercer congreso la reflexión y la discusión sobre los desafíos de la sociología en el siglo XXI estarán presentes vía cinco ejes temáticos: Espacios Laborales, Estado y Organización Colectiva, Culturas y Subjetividades, Globalización y Territorio, y Teoría Sociológica y Nuevos Paradigmas.

Es posible participar en este congreso presentado ponencias (para ver las bases da un click AQUÍ), se puede participar como cartelista quienes mostraran los proyectos de investigación gráficamente o como asistente al congreso.

Para mas información pueden escribir al siguiente correo electrónico:

congresodesociologia@uabc.mx

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